domingo, 19 de marzo de 2017

Yo te entiendo… ¿Por qué? - Valeria Nutschel Grupo 5

El gran lingüista francés, André Martinet habla sobre lo que nosotros conocemos como la lengua y sus funciones. Echeverría hace lo mismo, él nos explica cómo es que somos capaces de entendernos en una sociedad. Sólo aquellos verdaderamente en contacto con la extensa lectura y una amplia gama de vocabulario podrían aplaudir estos textos. Para el resto de nosotros mortales sin embargo, nos toca tratar de traducir de una manera simplificada que es exactamente lo que este autor ha descubierto.
Una de las cosas más curiosas al leer este texto es que vas a entender porque eres capaz de entenderte con una persona.
Tomemos esto paso a paso. Los dos autores piensan que nosotros no nacemos con una habilidad innata de hablar, (esos sonidos que hacemos que crean palabras, frases, discursos, etc.) Esta habilidad la aprendemos lentamente con el uso de órganos diferentes que nos permite hacer esto. Pero, ¿y nuestra comprensión? ¿Por qué eres capaz de leer este texto sin dificultad, y sin embargo no puedes leer uno en japonés? ¿Tu inhabilidad de hablar otro idioma significa que no puedes comunicarte con nadie? Son conceptos difíciles de entender al principio, yo sé – estuve en las mismas. Sin embargo, si lo piensas bien es una pregunta bastante obvia.
Martinet nos dice que hay lo que él llama “comunidades de lingüística determinada”. Si traducimos esto, una comunidad lingüístico sería el español, otra sería el inglés. Yo voy a entender todo lo que dicen dentro de esta comunidad. Pero, ¿cómo funciona este fenómeno de comprensión? Él habla de un concepto que tardé un mes en entender – la doble articulación. Parte de dos planos diferentes – la primera y la segunda articulación.
Veámoslo en sus palabras:                                
La primera articulación del lenguaje es aquella con arreglo a la cual todo hecho de experiencia que se vaya a transmitir, toda necesidad que se desee hacer conocer a otra persona, se analiza en una sucesión de unidades, dotadas cada una de una forma vocal y de un sentido.” (p.20, párrafo 3)
… la forma vocal es analizable en una sucesión de unidades, cada una de las cuales contribuye a distinguir cabeza y otras unidades como cabete, majeza o careza. Esto es lo que se designará como la segunda articulación del lenguaje.” (p. 22, párrafo 1)
Básicamente, la segunda articulación junta distintas “moléculas” que se convertirán en unidades (palabras) – cabeza. Estas unidades se pueden juntar a través de la primera articulación que a través de la forma vocal o nuestra comprensión lingüística y experiencias de una comunidad lingüística, podemos descifrar el mensaje.

Lo que Martinet llama comunidad lingüística, Echeverría llama “dominio consensual”. Nosotros nos entendemos porque formamos parte de un dominio consensual. Además por una habilidad humana que se llama la reflexión:
… el lenguaje humano es lenguaje recursivo. Esto significa que nosotros, los seres humanos, podemos hacer girar el lenguaje sobre sí mismo. […] Esta capacidad recursiva del lenguaje humano es la base de lo que llamamos reflexión y es la base de la razón humana.
Echeverría nos dice que esta reflexión o lenguaje recursivo viene de nuestra necesidad de vivir en sociedad ya que somos ‘animales’ de comunidades. Somos capaces de mirar un texto y entender lo que nos está diciendo; si alguien nos pide un favor somos capaces de llevar a cabo esta acción.


En este ejemplo vemos dos comunidades de lingüística en palabras de Martinet, y en palabras de Echeverría, vemos dos comunidades de dominio consensual. El uso de la segunda articulación en donde se separa la palabra “pendejas” (unidad española) para ser “open dejas” que la comunidad lingüística inglesa no tiene sentido, se entiende a través de nuestro razonamiento, como dice Echeverría. 

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